Bitácora de Carlos Saggio

 Al final nos deberíamos dedicar a fabricar una vida llena de recuerdos. Si solo hay recuerdo cuando hay emoción. Lamentablemente no podemos elegir siempre el gusto de la emoción pero si podemos elegir zambullirnos a la vida y no estar parados en el borde.

Me molesta las voces que juzgan un resultado deportivo como fracaso: "perdió el 1 contra el 8 clasificado, es un fracaso". Lo siento más como una necesidad de mostrarse frontal, jugado, implacable, poco empático, poco profundo. Puede ser que el 8 haya mejorado, haya hecho las cosas muy bien, haya tenido suerte, puede ser que el 1 tuvo lesiones, mala suerte, etc. Me gusta más la gente que cuida al otro, la gente que juzga menos e intenta comprender más.

El jueves a la noche me fui a ver al equipo de handball femenino del CID de Moreno. Venían de perder algunos partidos. El primer tiempo fue difícil. Erraron penales, perdidas de balón, poco precisas definiendo. Se fueron perdiendo por nueve. En el segundo tiempo volvieron a ser. Desde su defensa. Un bloque que fue comiendo la confianza al rival. Iban para adelante. No paraban de limar la diferencia. Incluso lo hacían muy rápido. Como una bola de nieve que acelera bajando desde la montaña. Veías las caras pálidas del rival. Esa transformación del clima de un partido me encanta. La historia épica finaliza con el gol del triunfo sobre la chicharra de finalización. De un jueves cualquiera a un jueves de pelicula.

Ser rico es tener opciones. La riqueza se mide en dinero pero también en tiempo, relaciones, trabajo que realizas. Muchas veces nos quedamos pobres de tanto perseguir el dinero.

Es bastante omnipotente creer que el cien por ciento de tus resultados depende del cien por ciento de tus acciones. El mundo es un sistema complejo con miles de unidades moviéndose e influyéndose entre ellas. Tus acciones son una fuerza más entre muchas. Este concepto no deberia desalentarnos a producir esfuerzos sino a aceptar con sabiduría los resultados.  

Hay veces que las cosas no salen como las imaginas. La realidad sale para otro lado. Te sacude. Hay que absorber el golpe y levantarse. Mirar para adelante y no quedarse lamentándose de lo que no fue. Diseñar la nueva iteración. Llegar fuerte. Sin secuelas.