Bitácora de Carlos Saggio

Yo soy muy bueno es hacer muchas cosas muy pequeñas y simples por una gran cantidad de días seguidos. Tengo mi lista de treinta pequeñas acciones que monitoreo a diario y dan forma mi rutina. Sobre ese listado de habitos pequeños construimos nuestra identidad y bienestar.

 Un error que cometemos habitualmente es ver la realidad con una visión túnel. Das una clase, 19 prestan atención y 1 se duerme, pensas que sos malísimo. O por el contrario, 19 se duermen y 1 te presta atención, pensas que sos buenísimo. En ambos casos te desprendes de la realidad, no la ves bien. Esta visión túnel es muy propia de los perfeccionistas. 

Una manera muy poderosa de provocar un cambio de habito es contarle a todo el mundo que por treinta días vas a hacer algo. Por ejemplo, no tomar alcohol. Esto provoca la ayuda de aquellos que te escuchan y también provoca tu compromiso con lo dicho simplemente por la busqueda de nuestra coherencia interna.

Viktor Frankl propuso la técnica de las intenciones paradójicas como método para afrontar el estrés o la ansiedad. Frankl sugirió que en lugar de tratar de deshacernos de nuestra ansiedad, deberíamos intentar inducirnos más ansiedad: deberíamos animarnos a sentirnos más ansiosos, más nervioso. Como resultado, debido a que permitimos que la ansiedad fluya libremente a través de nosotros, se debilita. Esta técnica en particular ha ayudado a algunas personas para lidiar con la ansiedad por hablar en público. En lugar de luchar contra ello, la persona ¡Pide más de eso!, se exhorta a estar más ansiosa, más nerviosa, y paradójicamente, eso la tranquiliza.

Cuando las personas se permiten investigar sus errores y ver qué los errores tienen para enseñarles, piensan conscientemente en sí mismos y en su mundo, y aumentan su capacidad no sólo aceptarse a sí mismos y sus errores, sino también ver sus errores como enseñanzas para el crecimiento futuro. Una muy buena técnica es llevar un cuadernos de errores después de cada entrenamiento o partido. Tómate quince minutos y escribe sobre un evento o situación en la que fallaste. Describi lo que hiciste, los pensamientos que pasaron por tu mente, cómo te sentiste al respecto en ese momento y cómo te sientes al respecto ahora mientras escribes. ¿El paso del tiempo ha cambiado tu perspectiva sobre el evento? ¿Cuáles son las lecciones que has aprendido de la experiencia? ¿Puedes pensar en otros beneficios que surgieron como resultado del fracaso, que hicieron que la experiencia fuera valiosa?

Nosotros nos formamos una idea de nosotros mismos de la misma manera que nos formamos una idea de los otros. Si vemos a alguien ayudando a otros, vemos a esa persona solidaria, con energía, fuerte. Basado en ese concepto, debemos tomar acción alineada a la actitud que queremos mejorar de nosotros mismos. A los perfeccionistas los ayuda mucho, ponerse hacer algo que les gustaría hacer pero evitan por temor a fallar, por temor a como les saldría. 

Esta época de tantas restricciones económicas también pueden ser una oportunidad de darnos cuenta de un montón de cosas que no necesitamos.

Estos días en Córdoba hago tareas en el parque. Son tareas en las que se avanza lentamente, no se terminan en un día, solo se avanza y hay que concatenar el trabajo de varios días para ver materializado el trabajo. En este tipo de situaciones se experimenta el proceso de avanzar lentamente, de sumar trabajo para ver el logro de algo. Es el mismo proceso que sigue un deportista o el que sigue un experto en la construcción de su saber. En un día no se logra nada.

 Aquellos que fueron abandonados suelen abandonar a otros. No han aprendido a cuidar del otro y también es una forma de escapar al abandono abandonando ellos antes.

Las personas perfeccionistas pretenden un camino lineal hacia sus metas. Las personas más capaces entienden que el camino tendrá obstáculos, caídas y recuperos. Ven el proceso de una manera mucho más realista.

Hay personas que buscar todo el tiempo criticar como mecanismo de mostrarse inteligentes, mejores, un paso adelante. Escuchan buscando ese hueco en donde meter el dedo. Uno puede escuchar, reflexionar, disentir y no necesariamente en ese momento lanzar sus criticas. Quizás no es tan importante el punto criticado. 

Me gusta esa gente que pudiendo hacer publicidad de algún logro que tienen no lo hacen. Como que el logro quede ahí para ser descubierto por aquellos que lo pueden encontrar. Me parece que es como una conversación entre dos personas inteligentes que necesitan poco del afuera. 

Algo a lo cuál nos tenemos que animar a es a darle espacio a aquellas cosas que nos gustan hacer. No dejarlas de hacer porque nos "deberia" gustar hacer otras cosas. Ese deberia puede venir de nuestro contexto, de nuestros vínculos, de nuestra edad. Cuando hacemos cosas que nos gustan, se dispara nuestra felicidad.

Este fin de semana vi esta pelicula que es media oscura pero que te deja pensando. Muchas veces las personas caen en su intento en sentirse vivas en cosas que los matan.

Una de las cosas que más me funcionan es llevar un registro del avance en los objetivos que me trazo. Mantiene el tema en mi mente, me motiva ver el progreso, me hace competir buscando mi mejor versión. Todo lo que medimos, mejora.

Que importante no arruinar un momento de paz con una queja, un chiste agresivo, un pedido ya cuando puede esperar. Tenemos que ser más cuidadosos con el medio ambiente social. Tenemos que ser buenos parando a tiempo.

1. Sé vos mismo. 2. Soltar. 3. Actúo como quiero sentirme. 4. Hacelo ahora. 5. Se cortés y justo. 6. Disfruta el proceso. 7. Gastar. 8. Identifique el problema. 9. Relájate. 10. Hacer lo que se debe hacer. 11. No andes haciendo cálculos. 12. Sólo existe el amor.