Bitácora de Carlos Saggio

¿Cuan bueno sos reinventandote? ¿Sos capaz de dejar atrás lo malo y empezar lo bueno ni bien doblas la esquina? ¿Cuan bueno sos sacudiéndote el polvo de la caída? ¿Te dejas arrastrar por aquello que no queres? La vida se juega en tu mente. Sos vos mirando el mundo. Interpretando lo que te pasa. Ese cambio lleva un segundo. Tu futuro nace en tu mirada del mundo.

A las organizaciones una las puede leer en dos niveles. Un nivel superficial lleno de colores, modas, globos, cambios y un nivel más profundo de valores, ver las cosas como son, no empujando conductas. Con los años se puede ver más allá del nivel superficial y apreciar el nivel más profundo. No se trata tanto de una habilidad del observador sino de la posibilidad de ser testigo de aquello que sigue igual.

Anoche volví a hacer seis o siete goles en el duelo de oficinistas de los miércoles. Después de haber tocado fondo, retome la bicicleta por dos semanas y corone la preparación con un asadazo bien regado el martes por la noche hasta altas horas de la madrugada. Arranque tímido yendo al arco pero luego el primer sedentario pidió aire. Me paré de defensor pero el cuerpo me pedía proyección. Y subí. Los primeros goles fueron de pescador de área pero después ya hubo desbordes, gambetas, y tiros de larga distancia que fueron claves para el triunfo de mi equipo. Me habían prestado el uniforme de futbolista porque me había olvidado de llevar ropa a la oficina -supongo por resabios de la noche anterior afectando los sistemas cognitivos a cargo de la memoria- pero me pidieron que devuelva las zapatillas que las iban a usar el finde. Y el hijo del viento se despidió de esa tarde de gloria vestido de futbolista y con zapatos de vestir lustrosos....

Jared Diamond cita dos elementos a tener en cuenta en el colapso de una sociedad (leáse cualquier organización humana): 1) Conflictos de intereses entre el corto y el largo plazo. Lo que es bueno en el corto plazo te afecta negativamente en el largo. 2) No sos capaz de dejar lo que en el pasado te hizo fuerte pero ya no te sirve en el presente.

Para competir en el alto rendimiento tenes que tener la autoestima alta y ser bastante soberbio. Hay veces que esta idea no se comprende porque se la piensa en un esquema de serlo las 24 horas por día los 7 días a la semana en lugar de pensarla el momento en el cuál dura la competencia. En la competencia el rendimiento deportivo de cada parte esta fuertemente influenciado por lo que uno le hace sentir al otro. Si te hago sentir que te estoy dominando, que no me caigo ante un fallo, que tomaré riesgos, seguro que estoy jugando mejor y para hacerte sentir eso tengo que tener la autoestima alta y ser bastante soberbio.

El niño se destaca. Juega bien. Y los grandes ponen expectativas sobre él. Cuando los resultados no se dan, ese niño sufre. Siente que los decepciona. Hay que liberar a los chicos de esas expectativas ajenas. Dejarlos jugar. Eso les permite transitar con más calma los momentos difíciles.

Nos cuesta aceptar que para que suceda algo se tienen que dar muchísimas cosas. Hay veces que creemos que es por una causa o por dos y no es así. Incluso hay otros que hacen nueve o diez causas y tampoco se les da. Tenemos que desarrollar esa tolerancia, ese equilibrio, aceptación de que también la suerte juega sus cartas.

El padre que relativiza el logro de sus hijos tiene un problema de autoestima. No permite que la autoestima de su hijo crezca porque siente amenazada la propia. Más que el logro debemos reconocer el esfuerzo y persistencia de nuestros hijos. Eso esta bajo su control. Reconocer y reconocer el esfuerzo antes que el resultado.

En forma creciente los deportistas jovenes tienen ideales excesivos respecto a ellos mismos que se manifiestan en expectativas no realistas respecto a su desempeño. Creen firmemente que deben tener un desempeño perfecto. Esto los lleva a buscar todo el tiempo la validación de los otros, rumiar alrededor de sus errores y experimentar considerable ansiedad antes de competir. Tres ideas para ayudarlos: 1.Fallar no es una debilidad La energía detrás del perfeccionismo trae el deseo de evitar equivocarse. Cuando se enfrenta a una competencia importante, el perfeccionista la verá como la posibilidad de fallar. El miedo a fallar esta en función de ese alto standard y deseo de hacer las cosas perfectamente. Su temor es que si no hace las cosas en forma perfecta, deja al descubierto alguna debilidad interna. Tenemos que recalibrar sus objetivos para que dejen de pensar cada competencia como un evento estresante y lo pasen a ver como una oportunidad de crecimiento. 2.Hay metas mejores que ...

Con el paso del tiempo la tristeza provocada por un suceso penoso (por ejemplo, la muerte de un ser querido) disminuye. Cuando sufrimos solemos proyectar ese sufrimiento indefinidamente. Tendemos a sobrestimar cuanto nos durara el efecto de los sucesos negativos.

¿Por que aumenta la tasa de personas con sobrepeso? Tendemos a pensar variables (la tecnología, las horas frente al televisor, la disminución de gente que fuma, aumento de los ingresos) que la ciencia a través de los experimentos que genera no demuestra verdaderas. Muchas veces tendemos a confundir correlación con causalidad. Tenemos que ser más cautos.

Llevar adelante una lista con las cosas que cada día hacemos bien nos impone el ejercicio de una relación más equilibrada con nosotros mismos. Son dos minutos. Antes de ir a dormir generar el habito de escribir en esa lista tres cosas que hicimos bien en el día.

Martin Seligman plantea tres obstáculos a superar: 1) Personalización: la creencia que el error es culpa nuestra, 2) Generalización: la creencia de que el error afectará a todas las áreas de nuestra vida, 3) Permanencia: la creencia de que las secuelas de lo ocurrido durarán siempre. Un gran deportista logra ver los méritos del rival, no permite que un error invada toda su personalidad y logra dar vuelta rápidamente la página.

"No conozco a nadie a quién solo le hayan pasado cosas buenas. Todos tenemos malos momentos.Algunos los vemos venir, otros nos toman por sorpresa. Puede ser tan trágico como la muerte repentina de un ser querido, tan desalentador como una relación que se va a pique, o tan decepcionante como un sueño que no se cumple. Cuando esto ocurre, la pregunta es ¿como continuamos?" Sheryl Sandberg, en "Opción B".

Esta semana -en el marco del día de la mujer- circulo mucho un video de la BBC sobre un acertijo que hace uso de nuestros sesgos cognitivos. Los sesgos son las reglas con las cuáles operamos el 99% del tiempo y que han logrado que los seres humanos seamos la especie que dominamos el mundo. No podemos no usar sesgos. Eso nos hace humanos. Nos hace rápidos, inteligentes, resolutivos. Lo que si podemos es saber que operamos con ellos. Darnos cuenta en que casos nos hacen menos inteligentes, nos tienden trampas. Los sesgos nos hacen la mayoría del tiempo volar y a veces, caernos en algún pozo.

Muchas veces escuchamos que la respuesta a esta pregunta es "para tener un buen futuro..." pero en realidad debería ser "para tener un buen pasado". Buscamos tener una vida que de alegría recordarla, que marque una manera de ver el mundo. Busquemos hoy tener un buen pasado.

En muchas actividades los mejores resultados se alcanzan cuando nos permitimos actuar espontáneamente, sin tantas reglas. Esa actitud permite flexibilidad, creatividad, manejo del error. La presencia del resultado muchas veces nos condiciona, nos tensa, no impide disfrutar.

Hay palabras llenas de significado. "No seas pelotudo!" tiene una riqueza semántica muy alta y no deja ninguna duda de lo que le queremos decir a la persona. En la serie "Merlí" el mayor elogio que circula es el "Eres cojonudo/a" y para mi esta palabra entra en esta categoría especial. Ser cojonudo es decir lo que se piensa, bancarsela, ir de frente. Todo eso metido en una sola palabra.

Todo el tiempo hablando de lo que cambió. El celular con mas funcionalidades, mas rápido, mas chiquito. Netflix y Blockbuster. Internet y el mundo más conectado. Todo el tiempo llevando la conversación para ese lado. ¿Y que acerca de lo que sobrevivió? Lo que permanece. El reunirnos convocados por una fiesta nos hace humanos. Asado entre amigos, recital, partido, fogón, sobremesa, nochebuena. Eso no cambia. Permanece.

La idea de ser uno mismo su peor enemigo es tan contra intuitiva como comprobable. Estamos llenos de experiencias cotidianas de gente tratándose a si mismo mal a partir de sus elecciones, limitándose en sus posibilidades, lastimándose a partir de lo que se dicen a si mismos. Hay que elaborar esta idea para cuidarse uno mismo, reaccionar adecuadamente al éxito, no dejar de crecer, poder disfrutar.