Bitácora de Carlos Saggio

Llama la atención porque nosotros somos expertos en la acción, siempre necesitamos hacer algo, ir a algún lugar distinto al que estamos. El no-esfuerzo tiene que ver con la cualidad atemporal del momento presente. Cuando moramos en el tiempo presente no hay ningún lugar al que ir, nada que hacer, nada que obtener. Esta actitud implica captar que ya estas aquí, estar despierto, estar presente. El modo en el que te relaciones con este momento determina la calidad y el caracter del momento siguiente. Puedes, si asumes tu presente, cambiar el futuro. Si no estamos atentos en el presente, siempre aparecerá en el horizonte un lugar mejor para estar. Este momento es el único que tienes. Todo lo demás es recuerdo (que también esta aquí) y anticipación (que también sucede aquí y ahora). Este momento ya es perfecto. Perfecto tal cuál es. Que no debas esforzarte no implica que no haya cosas por hacer. El resto consiste que la acción brote de nuestro ser.

Hay equipos que van ganando con miedo a perder. Van cautos en la ventaja a favor, Van en punta de pies. El triunfo los alivia. Por otro lado, hay equipos que las ventaja a favor los enciende, los alegra, los motoriza. No te sueltan cuando te agarraron. No te perdonan los errores. Le sacan todo el jugo al momento.

Se trata de confiar en el estado de no saber. En la idea de que lo sucede esta bien. Em que las cosas tienen su propio ritmo y no hay que corregir absolutamente nada. No se trata de confiar en tus opiniones y conocimientos de como deberían ser las cosas. Es una confianza en el desapego.

La mente de principiante es una actitud. No significa que no sepas. Es más, los que más saben necesitan más mente de principiante. Nuestras ideas y experiencias enturbian fácilmente nuestra capacidad de reconocer que no sabemos. La conciencia de no saber es muy importante para ver con claridad y creatividad. Significa estar abierto ante la inmensidad de lo que ignoramos, no estar encerrado en lo que conoces.

Siempre estamos tratando de ir de un lugar a otro. Parece que tenemos la necesidad de estar en camino hacia otro lugar y otro tiempo en el que tendremos todo. Nos impacientamos ignorando que las cosas necesitan un tiempo para desarrollarse. La paciencia implica esencialmente en salirse del tiempo. Cuando hablamos del presente estamos hablando del ahora, de algo que sucede "fuera del tiempo del reloj". Todos hemos tenido esos momentos de fluidez en alguna oportunidad, nos abandonamos a la cualidad atemporal del ahora.

Una actitud de no juicio frente a los eventos de la competencia permite que tus pensamientos y emociones automáticas e inconscientes discurran, se alejen no afectándote. Si le prestas atención a lo que pasa por tu mente, te darás cuenta que todo esta teñido por algún tipo de juicio. Darse cuenta de ello y pretender cambiar las cosas, te permite aceptar en calma lo que sucede en cada momento, ver las cosas como son. Esa calma mental te permite estar en el presente, atento, reaccionar mejor, más creativamente, con más energía.

 Estoy leyendo "Mindfulness para principiantes" de Jon Kabat-Zinn donde menciona que el budismo considera tres estados mentales tóxicos: - Deseo: nos aferramos a las cosas que queremos y si no las alcanzamos nos sentimos incompletos. - Aversión: tiene que ver con lo que no queremos, con la idea de que las cosas sean de una forma diferente a lo que son. - Delusión: lo opuesto a la sabiduría, es no captar la relación entre eventos y lo que realmente esta ocurriendo. Esta situación nos sume en nuestra pequeña burbuja narrativa del momento. 

"El sentido siempre se expresa en acción, en respuestas que son hechos. El pensamiento no es algo de la cabeza, es cuerpo entero y mundo interactuando. Estamos contentos cuando hacemos algo que nos enciende, cuando logramos dar movimiento a nuestro querer, cuando el deseo se hace plan y pasos concretos. No hay felicidad quieta, me atrevería a postular, por más que a veces creamos que lo que más querríamos es estar tranquilos." Alejandro Rozitchner

 A medida que crecemos nos ponemos a darle forma a nuestra vida. Ya somos lo suficientemente grandes y fuertes como para echarle la culpa al pasado o a las circunstancias. Pienso algunos criterios con los cuales suelo moverme: - Balancear el generar riqueza (dinero, prestigio, modelos mentales) con la posibilidad de disfrutarla (tiempo, lugares, personas). - Balancear trabajos (cosas que hacemos por dinero para poder hacer otras cosas) con hobbies (cosas que hacemos por si mismas casi siempre por poco dinero). - Balancear salvar al mundo -producir soluciones- con salvarnos de él -esquivar problemas-. Una vida bien vivida me suena al trabajo del equilibrista, un volver para acá cuando nos pasamos.

Muchas relaciones crecen cuando no hay demandas ni expectativas. Cada uno se desarrolla individualmente y se encuentran en su crecimiento.

Uno aprender a surfear cuando toma la decisión de no caerse de la tabla. Cuando tomas la decisión de no caerte más, tu mente le indica a tu cuerpo lo que debes hacer. No hay que esperar a tener confianza para jugar bien, hay que tomar la decisión de jugar bien. Es la acción la que genera la emoción.

Sentirte poderoso mitiga las emociones negativas. Cuando te sentís poderoso, manejas mejor la adversidad. Un importante trabajo del entrenador es hacer sentir poderosos a sus jugadores.

Al descubrir y expresar nuestro mejor yo autentico, creer en él en nuestros mayores retos, el rechazo social no nos angustia tanto y podemos estar presentes al cien por ciento.

Un grave error es que inflamos el nivel de una persona. Le hacemos creer o no le cuestionamos su creencia respecto al nivel que tiene. Luego la realidad lo choca de frente y buscamos soluciones en todos lados menos en la realidad de que no es tan bueno.

 Si hacemos una analogía la conciencia es como el juego propiamente dicho y el pensamiento son los comentarios del periodista sobre el juego. Nuestra mente tiene un modo predeterminado que es el pensamiento, ondula todo el tiempo de aqui para allá. El mindfulness nos enseña a cambiar ese modo predeterminado y aceptar las cosas como son sin intentar cambiarlas.

Mi trabajo tiene que ver mucho más con la calidad que con la cantidad. Tengo que dedicar menos tiempo a trabajar y más a prepararme para ese momento. Los trabajadores del conocimiento tenemos que encontrar ese justo balance.

Hay equipos que cuando sacan una ventaja sienten alivio. Ahí frenan. Otros equipos sienten placer, lo disfrutan. Ahí quieren más.

Ayer a la tarde en el subte estaba pidiendo limosna una maestra jubilada de 80 años porque no le alcanzaba para los remedios. Era la maestra que todos tuvimos en la primaria. Hoy a la mañana en el semáforo una bombera voluntaria para su cuartel. La persona que arriesga su vida en un incendio para salvar la vida tuya o de alguno de tus familiares. Me impacto y me causo mucha tristeza quienes están sumándose a esta condición de mendigar ayuda. Estamos dejando fuera del sistema a cada vez más gente.