jueves, 6 de agosto de 2015

Las cosas en su lugar

Pongamos las cosas en su lugar de una vez por todas. Yo no era bueno en el sentido que solemos darnos cuenta de que alguien es talentoso. "Catoto" y Tito Biondi picaban la pelota haciéndola parte de su cuerpo. Bruno y Gustavo. ya de chicos, uno sabía que estaban para otra cosa. Del Negro uno podía inferir que con tantas mañas jugaría caminando. Facundo era yugoslavo. Era Drazen. El Papa era el más completo y además le gustaba hacer la boba debajo del aro. Ellos si eran buenos. Yo no. Yo empujaba. Yo corría. Yo no quería perder nunca. Yo ayudaba. Yo alentaba. Yo jugaba con mis amigos. Yo jugaba para luego juntarnos en el Molino Rojo a comer una parrillada y seguir la juerga. Me releo y quizás me estoy quitando algún merito más asociado al juego. He metido algún caño corriendo en contrataque, he cortado al aro y cuando me saltaron a taparme la he pasado de faja dejando algún grandote solo, he hecho que mi equipo corra. Pero han sido pocas veces. En mis recuerdos hay mucho más de eso de no querer perder nunca que de eso de jugar muy bien. Hoy cuando mi amiga Pilar me mando esta foto de donde paso todo esto que relato, sentí que era momento de poner las cosas en su lugar. Yo no soy bueno. Soy intenso. Se ganar. Y con eso ando por la vida disimulando mi falta de talento para casi todo.

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