Los padres de deportistas jovenes tienen que estar cerca pero no demasiado cerca.
No tienen que reconocer en sus hijos sus resultados, sus logros, sino sus esfuerzos. No tienen que poner expectativas sobre ellos.
Los chicos viven las expectativas depositadas sobre ellos como una mochila y el elogio sobre el resultado como miedo a fallar.
Hay que estar cerca, acompañarlos, reconocerles el esfuerzo, alentarlos pero nada más. Dejarlos que viajen livianos asi pueden levantar vuelo.
No tienen que reconocer en sus hijos sus resultados, sus logros, sino sus esfuerzos. No tienen que poner expectativas sobre ellos.
Los chicos viven las expectativas depositadas sobre ellos como una mochila y el elogio sobre el resultado como miedo a fallar.
Hay que estar cerca, acompañarlos, reconocerles el esfuerzo, alentarlos pero nada más. Dejarlos que viajen livianos asi pueden levantar vuelo.
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