Hay que tener una visión positiva de las derrotas. Verlas como la llave para los triunfos. Me molesta tanto perder que generan en mi una enorme energía y deseo para evitarlas. Hay que lograr encausar esa energía en analizar salvajemente lo sucedido y trabajar para el próximo triunfo. Las derrotas no nos deben lastimar, al contrario, nos deben hacer crecer, ir para adelante, profundizar nuestras fortalezas y buscar aminorar nuestras debilidades. Cuando pierdo me pongo analizar las cinco cosas que hice mal y cuando termino ese análisis, busco cinco más y luego cinco más hasta sentir que le saque a esa derrota todo lo que tenia para darme. Cuando pierdo la derrota de ayer ya me parece lejana, distante y me entusiasmo con el partido que viene. Las derrotas son una fuente objetiva de lo que tenemos que hacer ganar el próximo partido y aquellos a los que les gusta ganar, saben ver su lado positivo.
Pep Marí propone el siguiente modelo en forma de piramide asociado al alto rendimiento. En la base el "Poder aprender" (ser humilde, tener los pies sobre la tierra, un entorno que ayude), luego "Querer aprender" (pagar todo el precio que implican las metas que te trazas), más arriba "Saber aprender" (tener claro el proceso de aprendizaje incluyendo el aprender de los errores) y por último "Demostrar lo aprendido" (poder rendir bajo la presión de la competencia).